Las Fuentes Renovables de Energía son aquellas cuya disponibilidad se repite en el tiempo según períodos fijos o variables y en cantidades no necesariamente iguales, procedan o no del flujo de energía solar que incide sobre la Tierra. Las fuentes renovables derivadas del flujo de radiación solar que llega a nuestro planeta se relacionan con manifestaciones directas e indirectas de dicha radiación.
Las manifestaciones directas de la energía solar se relacionan con la bioenergía, la energía solar fotovoltaica, el gradiente térmico oceánico y la energía solar térmica. El aprovechamiento pasivo del flujo de energía solar, conocido como arquitectura bioclimática, no es una fuente de energía pero permite garantizar el confort en las edificaciones ahorrando electricidad y combustibles. Por otro lado, las manifestaciones indirectas de la energía solar se relacionan con la energía eólica, la hidroenergía, la energía de las corrientes marinas, la energía de las olas y la energía del gradiente salino. La energía de las mareas y la energía Geotérmica no se deben al flujo de radiación solar que llega a la Tierra. Las fuentes renovables de energía tienen un carácter autóctono y por ello ayudan a disminuir la dependencia energética externa. Permiten también la diversificación de la matriz energética, favorecen el desarrollo de nuevas tecnologías y la creación de empleos.